Willenton
llega al callejón bastante preocupado debido a un llamado del que había sido
notificado esa misma noche con respecto a un disparo. Dado que a tres cuadras
de allí estaba viviendo temporalmente Sid, su preocupación se acrecentaba a
cada segundo, en especial porque el celular del muchacho estaba muerto y cuando
llamaba al departamento nadie contestaba.
Camina
unos pasos más adentro del callejón y se encuentra con Sebastian.
Willenton- ¿Qué pasó aquí?- dice al ver una línea de sangre que empezaba en las afueras de ese estrecho pasillo y que terminaba específicamente donde estaba su compañero.
Sebastian- Al parecer mataron a alguien… o lo hicieron desaparecer. No hay rastros de la supuesta víctima.
Willenton- ¿Se sabe quién pudo haber sido la víctima?- Mira la mancha de sangre.- ¿Sabes si Sid está bien?
Sebastian- Ni idea. A ambas preguntas.- De repente un policía de la unidad científica los llama en señal de que encontraron algo. Se acercan hacia allí y el policía les entrega una cartera que a Willenton le pareció muy familiar.
Willenton- Fíjate si tiene algún documento.- Su compañero saca de una billetera una identificación del mismo Instituto en el que iba Sid.- Al parecer va al Instituto Católico del Upper East Side.- Su compañero asiente con la cabeza.
Sebastian- Rose Mary Chipenewa dice el documento.- En ese momento Willenton se puso pálido como una hoja de papel. Su compañero lo mira y, después de recabar en su mente por unos minutos, se da cuenta de lo que sucede.- Mierda. ¿Acaso esta chica no es la novia de tu hijastro?
Willenton- Así es.
Sebastian- Puta madre.
En Londres, Ian estaba durmiendo en el departamento de Amanda. Dado las vueltas que hacía en la cama se notaba que no tenía un sueño placentero.
Amanda -Sé que esto es duro para ti pero necesitamos que nos digas si es o no tu mamá. No hay nadie más que pueda identificarla. Sólo necesitamos que digas sí o no.
Él no podía decir nada, no le salían las palabras. Tampoco quería decirlas porque eso significaba que eso que veía era real. No, eso no podía ser real. De repente alguien llega y lo toma al pequeño Ian del brazo con violencia. Era una mujer horrible, que con la mirada sobraba a todos los que estaban allí y que claramente Ian nunca había visto en su corta vida. Pero él no le prestaba atención aunque le estuviese cortando la circulación del brazo por la fuerza con la que lo agarraba. Sólo veía a su madre.
Con la voz mostrando rudeza, dice despectivamente la abuela de Ian que esa mujer es la madre del niño. Stephanie Hewitt. Ian se pone a llorar cada vez peor, no quería escuchar ese nombre. La señora tapa con la sábana blanca el cuerpo de su hija y lo lleva a rastras al muchacho lejos de ese lugar. Nunca más volvió a ver a su madre Ian.
En ese momento sentía como, mientras se alejaba, el corazón le dolía cada vez más. Cómo si algo lo estuviese presionando. Hasta que se despierta porque alguien le toca el hombro.
Amanda- ¿Te encuentras bien?- Ian estaba transpirado y tenía los ojos llorosos. La mira y a los segundos la abraza. Era como volver a abrazar a su madre por última vez.
De vuelta en Nueva York, Willenton sale de la estación de policías un poco más aliviado. Sid había llamado unas horas antes diciendo que él estaba bien, al menos físicamente, porque su voz demostraba que estaba destruido. Y era obvio dado que amaba mucho a Rose.
El policía saca de su bolsillo un paquete nuevo de cigarrillos. Lo abre y enciende un cigarrillo mientras se sienta en la escalinata. Sentía que hace años no fumaba y eso lo llenaba de culpa. Se había prometido dejarlo para siempre.
Thomas- Y como el aseo de la casa, jamás termina…- Willenton mira a Thomas.
Willenton- ¿De qué estás hablando?- El otro hombre señala al cigarrillo.
Thomas- Parecen una pareja… aunque digas que todo se terminó siempre vuelve tu amado cáncer. Me pregunto qué opina tu amada esposa de todo esto.
Willenton- Evelyn lo entenderá…- Thomas se sienta al lado suyo.
Thomas- Dime, ¿cómo andan las cosas? ¿De Rose hay noticias?
Willenton- “No está viva ni muerta. Está desaparecida.”- Dice en un perfecto español.- ¿Te suena?
Thomas- Si. Pero si lo vuelves a decir te rompo la cara aquí mismo. ¿Entendido?- Dice, molesto. Odiaba recordar esa época.
Willenton- Es un trato.
Thomas- Diablos. ¿Cómo pudo pasar esto? Es simplemente una muchacha…
Willenton- Yo me pregunto lo mismo. Si al menos tuviésemos una pista de lo que pasó ayer.- Los dos viejos amigos se quedan en silencio, mirando la gente pasar.
La noche anterior
Rutka da unos pasos atrás para irse del callejón cuando oye el disparo del arma de su abuela. Se detiene en seco conmocionada y cuando junta valor se da la vuelta y mira la escena que claramente no era como lo esperaba.
Sernotsecovas- Tú me has salvado la vida y ahora yo hago lo mismo por ti.- Le dice a la joven Rose.- Ahora estamos a mano. Pero te advierto una cosa niña, si te vuelvo a ver, tal vez no tenga la misma consideración otra vez.- Guarda el arma y se va, sin importarle Rutka.
Rutka y Rose se quedaron en silencio, no podían creer lo que había pasado. En ese momento, la muchacha rusa procesa todo lo sucedido y mira a la otra chica.
Rutka- Tú. Rápido. Levántate y ven conmigo.
Rose- ¿Estás loca?- Rutka estaba empezando a salir del callejón.
Rutka- ¡Rápido!- Rose se levanta apresuradamente del piso y va tras ella, dejando su cartera olvidada en aquel lugar.- Tenemos poco tiempo…
Rose- ¡¿De qué estás hablando?!- Dice mientras se toca la cabeza que estaba sangrando.
Rutka- Shhhh.
Caminan por unas calles y llegan hacia unas viviendas que generalmente son alquiladas por estudiantes que están en el país por poco tiempo. Rutka toca la puerta y, cuando se abre, Rose no puede creer a quién ve detrás de ésta.
Rose- ¿Qué está pasando?
Sophie- ¡Entren ya!- Cierra la puerta.- ¿Qué hacen aquí a estas horas?
Rutka- Necesitamos tu ayuda rápido. Bueno, ella necesita tu ayuda.- Dice señalando a su acompañante. Mira a su alrededor.- ¿Estás sola?
Sophie- Ehhh…- Lleva su mano a la cara en señal de cansancio. Rutka nota distintas lesiones en el brazo, como si se estuviese arañando.
Rutka- ¿Te encuentras bien?
Sophie- Si, si, si, si. No hay nada… nadie.
Rutka- Bueno.- Le dice sin creérselo en absoluto.- Me tengo que ir. Sé que no quieres pero ayúdala, por favor.- Sophie la acompaña a la puerta y deja que se marche. Cuando vuelve se va directamente a su cuarto y aparece de vuelta con una campera canguro negra y un bolso.
Sophie- Toma.- Le arroja a Rose las cosas y ésta lo agarra.- Ven conmigo.
Ambas
salen y se dirigen hacia la estación de trenes sin dirigirse ni una palabra.
Cuando llegan ahí. Sophie le indica que se siente en alguna de las butacas
mientras ella le compra un boleto de tren. Cuando vuelve y la chica se sienta
en el banco, Rose le pregunta:
-¿Hacia dónde vamos?
Sophie- Yo me quedo aquí. Tú te vas a Seattle.- Le entrega el boleto y Rose ve las marcas.
Rose- ¿Qué te ha pasado?
Sophie- Nada.- Dice, mientras se tapa las marcas.- Además, a ti no te importa lo que a mí me pase.
Rose- Por supuesto que sí. Y a Sid de seguro que también.-Dice, sabiendo que si metía a Sid en el asunto probablemente hablaría- Si viese eso de seguro que se preocuparía un montón.
Sophie- Sería realmente muy bonito que no dijeses mentiras. Sid sólo piensa en ti. Me encantaría que Sid pensara en mi tanto como piensa en ti…- lo último lo dice murmurando para sí misma, aunque la estaba escuchando Rose.- En fin, te tienes que ir. En el bolso hay suficiente dinero para que estés bien unos meses.
Rose abre el bolso y ve la enorme cantidad de dinero que había en el bolso.
Rose- ¡¿Pero qué diablos?! ¿De dónde sacaste esta enorme cantidad de dinero?
Sophie- De mi seguro médico, por supuesto…
Rose- ¿Qué? ¡Estás loca! ¡No puedo aceptarlo!
Sophie- Por supuesto que estoy loca- Le dice con una naturalidad única.- No a todos les diagnostican esquizofrenia hebefrénica… Dios, que hambre de chocolate tengo.- Rose la mira y Sophie le devuelve la mirada- ¿Y tú por qué sigues aquí? Vete, no querrás que te maten.
Rose, confundida, se levanta y se va, dejando a la muchacha sola. En ese momento Sophie se empieza a rascar el brazo mientras mira al techo con una mirada triste mientras piensa en las palabras de Rose con respecto a Sid.
Sophie- Sería lindo que pensara en mi…- Se levanta y se va de la estación cantando “On mi own” de Los Miserables.
Cuando cierra los ojos y los vuelve a abrir, se encuentra en el departamento, con el piyama puesto. Emma la estaba tratando de despertar y por fin lo había logrado.
Emma- ¿Te encuentras bien? ¿Quieres faltar hoy?- Sophie mueve la cabeza en señal de afirmación y Emma la deja en paz.
Sophie, ahora sola en la habitación, mira al techo y se vuelve a dormir.
Amanda
estaba conduciendo hacia unas viviendas bastante antiguas y grandes que de
seguro también eran bastante caras ya que Ian vivió en una de esas por un
tiempo. Detiene el auto y mira a Ian.
Amanda- ¿Por qué me pediste que te trajera aquí?
Ian- El tipo que vive ahí tiene las cosas de mi mamá. Creo que sé lo que me quiso decir… creo.- Baja del auto.
Amanda- Pero, ¿quién es el tipo? ¿Es de confianza?- Ella baja atrás de él.
Ian- Claro que sí. Después de todo es mi padre ¿no?
Amanda- ¡¿Qué?!- La puerta de la vivienda se abre y sale un tipo con un hábito.
Padre de Ian- Digamos que todas las familias tienen secretos.- Dice mostrando una sonrisa.- Pasen.
La mujer y el muchacho entran a la austera vivienda, a pesar de que desde afuera se veía bastante lujosa. El padre de Ian cierra la puerta y se los queda mirando.
Padre de Ian- ¿Puedo preguntar qué hacen aquí? ¿Té?
Ian- Lo siento, no nos vamos a quedar por mucho tiempo. ¿Guardas las cosas de mamá todavía?
Padre de Ian- Sólo algunas cosas. Fíjate en el cuarto de allá.- Dice señalando un cuarto que generalmente se usaría como estudio en otras casas. El muchacho entra en ese cuarto, dejando a el padre de Ian y a Amada solos. El señor mira a la mujer.
Amanda- ¿Qué pasa?
Padre de Ian- ¿Tú eres Hannah?
Amanda- ¿Qué? No, jaja. Mi nombre es Amanda.
Padre de Ian- ¡Qué alivio!- Amanda lo mira sin entender- ¿Usted conoce a Hannah?
Amanda- Algo así. ¿Por?
Padre de Ian- Es sólo que cada ver que Ian me habla por teléfono termina hablando de ella y me pregunto si es una buena chica.- Amanda mira hacia el estudio y cuando iba a contestarle escuchan un ruido que salía del estudio. Ambos van corriendo hasta allí y ven a Ian que estaba arrodillado mirando algo.
Amanda- ¿Estás bien?
Ian- Miren.- Se acercan y ven un antiguo globo terráqueo partido en dos que contenía adentro folios.- ¿No es lo que me dijiste Amanda?
Amanda- No lo puedo creer.
Ian saca los folios y los mira. Adentro había distintos papeles con fotos y textos de gente que no conocía pero cuyos nombres les parecían familiares. De repente mira uno y se detiene.
Ian- “INFORME DE AUTOPSIA DE JENNIFER KOURY”. ¿Por qué ella tenía esto?
Amanda- Tal vez ella sabía algo.
Padre de Ian- Así es. Y fue por eso que pagó con su vida tener esos conocimientos.
Años atrás en la morgue judicial perteneciente a la policía de Inglaterra estaba la madre de Ian firmando unos papeles hasta que llega Theodor Koury, el padre de Jennifer y Emily.
Stephanie- ¿En qué te puedo ayudar Theodor?
Theodor- ¿Qué clases de mentiras estás queriendo decirle a la policía? ¡Ese muchacho Millegan asesinó a mi hija!
Stephanie- Yo no estoy mintiendo. Si es cierto que Sidney Millegan es un vándalo que quemó su casa pero un asesino no es. La autopsia demuestra que su hija estaba muerta antes de que el chico quemara la casa. La ciencia no miente.
Theodor, golpeando el escritorio de la mujer- Mire, si sigue con esa postura la va a pagar caro ¿me entiende?- Stephanie lo mira desafiante, preparada para contestarle, cuando llega un compañero de ella de la morgue. El padre de la víctima se va rápido del lugar sin decir palabra.
Hombre- ¿Sucedió algo?
Stephanie- No. Nada. Sabes, cuando se termine este caso agarro todas mis cosas y me voy con Ian lejos. Ya estoy harta de la gente de la alta sociedad…
Hombre- ¿Lo dices por el señor que se acaba de ir?
Stephanie- Lo digo por todos los de alta sociedad. Apestan a corrupción…- Agarra su taza de café y toma un sorbo mientras mira una fotografía que había en su escritorio en el que estaban Ian y ella.- En especial ellos.
Capítulo
46 Fin