domingo, 10 de agosto de 2014

Campamento de Música: Capítulo 46 Ian


Willenton llega al callejón bastante preocupado debido a un llamado del que había sido notificado esa misma noche con respecto a un disparo. Dado que a tres cuadras de allí estaba viviendo temporalmente Sid, su preocupación se acrecentaba a cada segundo, en especial porque el celular del muchacho estaba muerto y cuando llamaba al departamento nadie contestaba.

Camina unos pasos más adentro del callejón y se encuentra con Sebastian.

Willenton- ¿Qué pasó aquí?- dice al ver una línea de sangre que empezaba en las afueras de ese estrecho pasillo y que terminaba específicamente donde estaba su compañero.

Sebastian- Al parecer mataron a alguien… o lo hicieron desaparecer. No hay rastros de la supuesta víctima.

Willenton- ¿Se sabe quién pudo haber sido la víctima?- Mira la mancha de sangre.- ¿Sabes si Sid está bien?

Sebastian- Ni idea. A ambas preguntas.- De repente un policía de la unidad científica los llama en señal de que encontraron algo. Se acercan hacia allí y el policía les entrega una cartera que a Willenton le pareció muy familiar.

Willenton- Fíjate si tiene algún documento.- Su compañero saca de una billetera una identificación del mismo Instituto en el que iba Sid.- Al parecer va al Instituto Católico del Upper East Side.- Su compañero asiente con la cabeza.

Sebastian- Rose Mary Chipenewa dice el documento.- En ese momento Willenton se puso pálido como una hoja de papel. Su compañero lo mira y, después de recabar en su mente por unos minutos, se da cuenta de lo que sucede.- Mierda. ¿Acaso esta chica no es la novia de tu hijastro?

Willenton- Así es.

Sebastian- Puta madre.

En Londres, Ian estaba durmiendo en el departamento de Amanda. Dado las vueltas que hacía en la cama se notaba que no tenía un sueño placentero.

En su sueño se veía a sí mismo en la morgue, parado en frente de su madre que yacía en una de esas mesas metálicas en donde ponen a los muertos para las autopsias. Lloraba desconsoladamente. Sabía que era su madre pero no se lo quería decir a los policías o a los forenses porque eso significaba que no vería nunca más a su mamá. Una policía se le acerca y lo rodea con el brazo diciéndole suavemente:

Amanda -Sé que esto es duro para ti pero necesitamos que nos digas si es o no tu mamá. No hay nadie más que pueda identificarla. Sólo necesitamos que digas sí o no.

Él no podía decir nada, no le salían las palabras. Tampoco quería decirlas porque eso significaba que eso que veía era real. No, eso no podía ser real. De repente alguien llega y lo toma al pequeño Ian del brazo con violencia. Era una mujer horrible, que con la mirada sobraba a todos los que estaban allí y que claramente Ian nunca había visto en su corta vida. Pero él no le prestaba atención aunque le estuviese cortando la circulación del brazo por la fuerza con la que lo agarraba. Sólo veía a su madre.

Con la voz mostrando rudeza, dice despectivamente la abuela de Ian que esa mujer es la madre del niño. Stephanie Hewitt. Ian se pone a llorar cada vez peor, no quería escuchar ese nombre. La señora tapa con la sábana blanca el cuerpo de su hija y lo lleva a rastras al muchacho lejos de ese lugar. Nunca más volvió a ver a su madre Ian.

En ese momento sentía como, mientras se alejaba, el corazón le dolía cada vez más. Cómo si algo lo estuviese presionando. Hasta que se despierta porque alguien le toca el hombro.

Amanda- ¿Te encuentras bien?- Ian estaba transpirado y tenía los ojos llorosos. La mira y a los segundos la abraza. Era como volver a abrazar a su madre por última vez.

De vuelta en Nueva York, Willenton sale de la estación de policías un poco más aliviado. Sid había llamado unas horas antes diciendo que él estaba bien, al menos físicamente, porque su voz demostraba que estaba destruido. Y era obvio dado que amaba mucho a Rose.

El policía saca de su bolsillo un paquete nuevo de cigarrillos. Lo abre y enciende un cigarrillo mientras se sienta en la escalinata. Sentía que hace años no fumaba y eso lo llenaba de culpa. Se había prometido dejarlo para siempre.

Thomas- Y como el aseo de la casa, jamás termina…- Willenton mira a Thomas.

Willenton- ¿De qué estás hablando?- El otro hombre señala al cigarrillo.

Thomas- Parecen una pareja… aunque digas que todo se terminó siempre vuelve tu amado cáncer. Me pregunto qué opina tu amada esposa de todo esto.

Willenton- Evelyn lo entenderá…- Thomas se sienta al lado suyo.

Thomas- Dime, ¿cómo andan las cosas? ¿De Rose hay noticias?

Willenton- “No está viva ni muerta. Está desaparecida.”- Dice en un perfecto español.- ¿Te suena?

Thomas- Si. Pero si lo vuelves a decir te rompo la cara aquí mismo. ¿Entendido?- Dice, molesto. Odiaba recordar esa época.

Willenton- Es un trato.

Thomas- Diablos. ¿Cómo pudo pasar esto? Es simplemente una muchacha…

Willenton- Yo me pregunto lo mismo. Si al menos tuviésemos una pista de lo que pasó ayer.- Los dos viejos amigos se quedan en silencio, mirando la gente pasar.

La noche anterior

Rutka da unos pasos atrás para irse del callejón cuando oye el disparo del arma de su abuela. Se detiene en seco conmocionada y cuando junta valor se da la vuelta y mira la escena que claramente no era como lo esperaba.

Sernotsecovas- Tú me has salvado la vida y ahora yo hago lo mismo por ti.- Le dice a la joven Rose.- Ahora estamos a mano. Pero te advierto una cosa niña, si te vuelvo a ver, tal vez no tenga la misma consideración otra vez.- Guarda el arma y se va, sin importarle Rutka.

Rutka y Rose se quedaron en silencio, no podían creer lo que había pasado. En ese momento, la muchacha rusa procesa todo lo sucedido y mira a la otra chica.

Rutka- Tú. Rápido. Levántate y ven conmigo.

Rose- ¿Estás loca?- Rutka estaba empezando a salir del callejón.

Rutka- ¡Rápido!- Rose se levanta apresuradamente del piso y va tras ella, dejando su cartera olvidada en aquel lugar.- Tenemos poco tiempo…

Rose- ¡¿De qué estás hablando?!- Dice mientras se toca la cabeza que estaba sangrando.

Rutka- Shhhh.

Caminan por unas calles y llegan hacia unas viviendas que generalmente son alquiladas por estudiantes que están en el país por poco tiempo. Rutka toca la puerta y, cuando se abre, Rose no puede creer a quién ve detrás de ésta.

Rose- ¿Qué está pasando?

Sophie- ¡Entren ya!- Cierra la puerta.- ¿Qué hacen aquí a estas horas?

Rutka- Necesitamos tu ayuda rápido. Bueno, ella necesita tu ayuda.- Dice señalando a su acompañante. Mira a su alrededor.- ¿Estás sola?

Sophie- Ehhh…- Lleva su mano a la cara en señal de cansancio. Rutka nota distintas lesiones en el brazo, como si se estuviese arañando.

Rutka- ¿Te encuentras bien?

Sophie- Si, si, si, si. No hay nada… nadie.

Rutka- Bueno.- Le dice sin creérselo en absoluto.- Me tengo que ir. Sé que no quieres pero ayúdala, por favor.- Sophie la acompaña a la puerta y deja que se marche. Cuando vuelve se va directamente a su cuarto y aparece de vuelta con una campera canguro negra y un bolso.

Sophie- Toma.- Le arroja a Rose las cosas y ésta lo agarra.- Ven conmigo.
Ambas salen y se dirigen hacia la estación de trenes sin dirigirse ni una palabra. Cuando llegan ahí. Sophie le indica que se siente en alguna de las butacas mientras ella le compra un boleto de tren. Cuando vuelve y la chica se sienta en el banco, Rose le pregunta:

-¿Hacia dónde vamos?

Sophie- Yo me quedo aquí. Tú te vas a Seattle.- Le entrega el boleto y Rose ve las marcas.

Rose- ¿Qué te ha pasado?

Sophie- Nada.- Dice, mientras se tapa las marcas.- Además, a ti no te importa lo que a mí me pase.

Rose- Por supuesto que sí. Y a Sid de seguro que también.-Dice, sabiendo que si metía a Sid en el asunto probablemente hablaría- Si viese eso de seguro que se preocuparía un montón.

Sophie- Sería realmente muy bonito que no dijeses mentiras. Sid sólo piensa en ti. Me encantaría que Sid pensara en mi tanto como piensa en ti…- lo último lo dice murmurando para sí misma, aunque la estaba escuchando Rose.- En fin, te tienes que ir. En el bolso hay suficiente dinero para que estés bien unos meses.

Rose abre el bolso y ve la enorme cantidad de dinero que había en el bolso.

Rose- ¡¿Pero qué diablos?! ¿De dónde sacaste esta enorme cantidad de dinero?

Sophie- De mi seguro médico, por supuesto…

Rose- ¿Qué? ¡Estás loca! ¡No puedo aceptarlo!

Sophie- Por supuesto que estoy loca- Le dice con una naturalidad única.- No a todos les diagnostican esquizofrenia hebefrénica… Dios, que hambre de chocolate tengo.- Rose la mira y Sophie le devuelve la mirada- ¿Y tú por qué sigues aquí? Vete, no querrás que te maten.

Rose, confundida, se levanta y se va, dejando a la muchacha sola. En ese momento Sophie se empieza a rascar el brazo mientras mira al techo con una mirada triste mientras piensa en las palabras de Rose con respecto a Sid.

Sophie- Sería lindo que pensara en mi…- Se levanta y se va de la estación cantando “On mi own” de Los Miserables.



Cuando cierra los ojos y los vuelve a abrir, se encuentra en el departamento, con el piyama puesto. Emma la estaba tratando de despertar y por fin lo había logrado.

Emma- ¿Te encuentras bien? ¿Quieres faltar hoy?- Sophie mueve la cabeza en señal de afirmación y Emma la deja en paz.

Sophie, ahora sola en la habitación, mira al techo y se vuelve a dormir.
Amanda estaba conduciendo hacia unas viviendas bastante antiguas y grandes que de seguro también eran bastante caras ya que Ian vivió en una de esas por un tiempo. Detiene el auto y mira a Ian.

Amanda- ¿Por qué me pediste que te trajera aquí?

Ian- El tipo que vive ahí tiene las cosas de mi mamá. Creo que sé lo que me quiso decir… creo.- Baja del auto.

Amanda- Pero, ¿quién es el tipo? ¿Es de confianza?- Ella baja atrás de él.

Ian- Claro que sí. Después de todo es mi padre ¿no?

Amanda- ¡¿Qué?!- La puerta de la vivienda se abre y sale un tipo con un hábito.

Padre de Ian- Digamos que todas las familias tienen secretos.- Dice mostrando una sonrisa.- Pasen.

La mujer y el muchacho entran a la austera vivienda, a pesar de que desde afuera se veía bastante lujosa. El padre de Ian cierra la puerta y se los queda mirando.

Padre de Ian- ¿Puedo preguntar qué hacen aquí? ¿Té?

Ian- Lo siento, no nos vamos a quedar por mucho tiempo. ¿Guardas las cosas de mamá todavía?

Padre de Ian- Sólo algunas cosas. Fíjate en el cuarto de allá.- Dice señalando un cuarto que generalmente se usaría como estudio en otras casas. El muchacho entra en ese cuarto, dejando a el padre de Ian y a Amada solos. El señor mira a la mujer.

Amanda- ¿Qué pasa?

Padre de Ian- ¿Tú eres Hannah?

Amanda- ¿Qué? No, jaja. Mi nombre es Amanda.

Padre de Ian- ¡Qué alivio!- Amanda lo mira sin entender- ¿Usted conoce a Hannah?

Amanda- Algo así. ¿Por?

Padre de Ian- Es sólo que cada ver que Ian me habla por teléfono termina hablando de ella y me pregunto si es una buena chica.- Amanda mira  hacia el estudio y cuando iba a contestarle escuchan un ruido que salía del estudio. Ambos van corriendo hasta allí y ven a Ian que estaba arrodillado mirando algo.

Amanda- ¿Estás bien?

Ian- Miren.- Se acercan y ven un antiguo globo terráqueo partido en dos que contenía adentro folios.- ¿No es lo que me dijiste Amanda?

Amanda- No lo puedo creer.

Ian saca los folios y los mira. Adentro había distintos papeles con fotos y textos de gente que no conocía pero cuyos nombres les parecían familiares. De repente mira uno y se detiene.

Ian- “INFORME DE AUTOPSIA DE JENNIFER KOURY”. ¿Por qué ella tenía esto?

Amanda- Tal vez ella sabía algo.

Padre de Ian- Así es. Y fue por eso que pagó con su vida tener esos conocimientos.

Años atrás en la morgue judicial perteneciente a la policía de Inglaterra estaba la madre de Ian firmando unos papeles hasta que llega Theodor Koury, el padre de Jennifer y Emily.

Stephanie- ¿En qué te puedo ayudar Theodor?

Theodor- ¿Qué clases de mentiras estás queriendo decirle a la policía? ¡Ese muchacho Millegan asesinó a mi hija!

Stephanie- Yo no estoy mintiendo. Si es cierto que Sidney Millegan es un vándalo que quemó su casa pero un asesino no es. La autopsia demuestra que su hija estaba muerta antes de que el chico quemara la casa. La ciencia no miente.

Theodor, golpeando el escritorio de la mujer- Mire, si sigue con esa postura la va a pagar caro ¿me entiende?- Stephanie lo mira desafiante, preparada para contestarle, cuando llega un compañero de ella de la morgue. El padre de la víctima se va rápido del lugar sin decir palabra.

Hombre- ¿Sucedió algo?

Stephanie- No. Nada. Sabes, cuando se termine este caso agarro todas mis cosas y me voy con Ian lejos. Ya estoy harta de la gente de la alta sociedad…

Hombre- ¿Lo dices por el señor que se acaba de ir?

Stephanie- Lo digo por todos los de alta sociedad. Apestan a corrupción…- Agarra su taza de café y toma un sorbo mientras mira una fotografía que había en su escritorio en el que estaban Ian y ella.- En especial ellos.

Capítulo 46 Fin

sábado, 2 de agosto de 2014

Campamento de Música: Capítulo 45 The beginning of the end


En una casa donde estaban haciendo una fiesta, se encontraban los muchachos divirtiéndose con otros de sus compañeros de escuela. Ian se separa del grupo y va al escenario.

Ian- Ésta canción va dedicada a alguien muy especial.- Dice mirando fijamente a Hannah, lo que provoca una sensación de profundos celos a Emily, que estaba también en el lugar. La banda empieza a tocar.

(Aclaración: Se pone a cantar “Love Me Again” de John Newman.)


Mientras la canción sonaba, sucedían distintas cosas. Por un lado, Hannah mirando fijamente a su enamorado que buscaba el perdón y la ex prometida de éste odiando a la situación, en especial a Hannah; por otro, en una especie de barra, William se volvía a encontrar con Rutka y aunque no decían ninguna palabra, los gestos y las miradas eran suficientes para saber que donde hubo fuego, cenizas quedan. Y por último, Rose y Sid estaban bailando al ritmo de la canción hasta que en un momento la muchacha se aleja y Sid, la sigue.

Llegan hasta uno de los pasillos de la casa, se empiezan a besar y entran a uno de los cuartos, dejándose llevar por el amor que se tienen sin darse cuenta que, antes de entrar a esa habitación, Sophie vio cómo se besaban en el pasillo. La chica al ver esa situación, que le destrozó el corazón en mil pedazos, camina hacia fuera de la casa y, una vez afuera, se pone a llorar.

Al otro día

En plena madrugada, Sid estaba besando a Rose como despedida de la noche anterior. La chica se aleja de él y entra al departamento donde ella vive mientras él se pone en marcha para volver a su casa. Hasta que recibe un mensaje de Ian pidiéndole que vaya a su departamento.
Entonces, Sid cambia de rumbo y se va hacia donde vive su amigo. Llega hasta ahí y toca la puerta.

Sid- ¿Qué pasa?- Dice mientras entra al lugar.

Ian- Toma.- Le entrega las lleves del departamento.- Me voy esta noche a Londres.

Sid- ¿Qué?

Ian- Como dije, me voy a Londres.

Sid- ¿A qué?- Ian se queda callado.- Como sea…- Se sienta y mira las llaves esbozando una sonrisa.- ¿Cuánto tiempo vas a estar allá?

Ian- Sólo unos días.- Sid se queda abstraído en sus pensamientos.- Si vas a traer a Rose, cuídate.- Sid lo mira sorprendido, como si hubiese leído sus pensamientos.- Nos vemos.- Le dice y, antes de salir, le da un guiño en señal de complicidad. Cierra la puerta y deja a su amigo solo. Sid vuelve a mirar las llaves.

Mientras tanto, en la estación de policía, se encontraba Willenton muy concentrado viendo algo en su computadora. Un policía amigo de él, se acerca y lo mira.

Policía- ¿Aprendiendo a usar el Facebook?

Willenton- ¿Qué es eso?

Policía- Da igual… ¿Qué estás haciendo?

Willenton- Buscando información sobre Jennifer Koury.

Policía- ¿La muchacha que mató tu hijastro?- Willenton lo mira y asiente.- ¿Por qué tanta curiosidad ahora?

Willenton- Hay algo que no me cierra… bueno, que nunca me cerró.

Policía, cuyo nombre es Sebastian- ¿Qué cosa?

Willenton- Bueno, de hecho nada me cierra. Apenas detuvieron a Sid lo marcaron como culpable y lo mandaron a cumplir la pena, pero no hubo juicio ni nada parecido. De hecho, ni siquiera recuerdo que haya algún documento que explicara las causas de la muerte de la muchacha.

Sebastian- Eso es raro…

Willenton- Si… lo es.

En el departamento donde vivían Emma, David y Sophie, se encontraba esta última durmiendo en su habitación, en un estado de absoluto desorden, hasta que se despierta por un sonido de una alarma que sonaba muy fuerte. La chica mira su despertador y se da cuenta de que las agujas no se movían.

Sophie- Ay, no.- Se levanta rápidamente de su cama y abre un armario en el cual había una maleta pequeña. Cuando la abre, en su cara se refleja una expresión de pánico al darse cuenta de que sus medicamentos han desaparecido.- Esto está mal… muy mal…
Alguien toca la puerta de su cuarto.

Emma- ¿Ya estás lista?

Sophie- ¡Ya voy!- Mira todo su cuarto y respira profundamente. Se cambia y sale con los otros chicos.

Al llegar al colegio se choca accidentalmente con Sid.

Sophie- Perdona… ¿Estás bien?

Sid- Perfecto. Te estaba buscando.

Sophie- ¿Yo?

Sid- Si, lunática. A ti. Vamos- Le da su mano.

Sophie- ¿A dónde?

Sid- A las nubes…- Ambos se van a la terraza del colegio y, cuando llegan ahí, se dan cuenta de que estaba empezando a llover.

Sophie- Mejor regresemos.- La chica se da vuelta pero Sid le agarra la mano y la lleva junto a él a la terraza que no estaba cubierta. Ambos se ponen a jugar bajo la lluvia (bajo el ritmo de la canción de Sigur Rós: Hoppipolla) hasta que en un momento el muchacho punk se detiene y se la queda mirando fijamente.- ¿Qué pasa?- El joven con sus manos agarra la cara de la chica y la acerca a él, dándole un delicado beso en los labios bajo la lluvia.


Cuando abre los ojos se encuentra en el bar de Emma y David “The Irish Lucky Leprechaun”. Mira a su alrededor, sin entender lo que sucedió. Emma, que estaba limpiando una mesa le grita.

Sophie- ¿Qué pasa?

Emma- No me escuchaste.- Sigue limpiando la mesa.- ¿Podrías llamar a Sid y decirle que venga rápido? No le pude avisar que venga antes porque faltó al Instituto.

Sophie- Pero si hoy lo vi…- Emma la mira con cara de “¿estás drogada o qué?”. Ella se levanta y se va del bar cuando entra David.

David- ¿Qué le pasa?

Emma- No sé. Está rara. ¿Podrías avisarle a Sid que venga antes?

David- ¿Estás segura de que lo llame?

Emma- ¿Por?

David- Veamos. Sid faltó hoy al igual que Rose e Ian se fue por tiempo indeterminado del país y, por lo que me contó Thomas, al parecer Sid está viviendo en el departamento de Ian. Si suponemos bien como son las cosas, y si empleamos todos nuestros malos pensamientos…

Emma- Entendí. No lo llames.

David- Eso supuse.- Dice, sonriendo.

Mientras tanto, Sophie entra a su cuarto y empieza a dar vueltas golpeándose su cabeza con las manos.

Sophie- No puede ser. ¡Yo sé lo que vi! ¡Fue real!- De repente mira a un espejo que había en su cuarto. Era una imagen de ella, pero no se veía como ella. Se veía como otra Sophie.

Sophie del espejo- ¿Tan segura estás de que fue real? Vamos Sophie, tu sabes que Sid está loco por Rose. Incluso los has visto ayer entrando a ese cuarto y no fue exactamente para jugar a las escondidas…- Sophie, la real, agarra un libro y lo arroja al espejo, que se rompe apenas impacta con el objeto. La muchacha se tira al piso y entre sollozos  repite:

-Fue real… yo sé lo que vi… fue real…

En Londres, Ian camina por unas calles que bien podrían ser el set perfecto para una película de terror. No exactamente porque las calles son horribles en sí, sino por la niebla que hacía ver al lugar más tenebroso que de costumbre. Se detiene frente a un edificio con aspecto antiguo. Toca el timbre de uno de los pisos.

-¿Hola?- dice una voz de mujer.

Ian- Abre Amanda que hace frío.- La puerta del edificio se abre luego de un ruido. Sube las escaleras y ve la puerta de la vivienda de Amanda abierta con ella esperando en el pasillo.

Amanda -¿Qué demonios haces aquí?

Ian- Sabes, me costó muchísimo identificar tu cara y mucho más encontrar tu residencia y ¿así me recibes? Se nota que no eres muy cortés.

Amanda- ¿De qué estás hablando?

Ian- Hace un par de años, no sé si recuerdas, tú fuiste a mi colegio y me dijiste que mi mamá había muerto.- Amanda lo mira como si no supiese a donde esconderse.- Pero no vengo a hablar de aquello.

Amanda- ¿Y de qué quieres hablar Ian?

Ian- De Anastasia Sernotsecovas.- La mujer se pone nerviosa.- Y sé por tu cara que al parecer la conoces.

Amanda- Entra de una vez Ian.- Ambos entran al departamento.- Con que quieres hablar de ella. ¿Té?

Ian- Por favor.- Se sienta en el sofá.

Amanda- Hace unos años, ya no sé exactamente cuántos, Thomas se mandó una terrible cagada. No sé si te enteraste de eso…

Ian- De hecho sí.

Amanda- Bien. Bueno, se intentó escapar de todo eso pero no pudo y Charlie… perdón, Willenton, lo ayudó pero la vieja aún así lo encontró de vuelta. Apareció y le dijo que le perdonaría la vida si él hacía de la casa un campamento de música para chicos como ustedes, cuyos padres se querían deshacer porque no los podían controlar.- Lo mira a Ian esperando alguna señal de él pero al no verla continúa.- En fin, al parecer alguien le había dado órdenes a la vieja para que haga eso.

Ian- ¿Por qué nosotros?

Amanda- No lo sé. Lo único que sé es que tú eras parte importante, al igual que Sid. Tú sabes que a Sid lo liberaron dos días antes de entrar al campamento aunque su pena era hasta los dieciocho, ¿no?

Ian- No.

Amanda- Bueno, así fue. Todos ustedes tienen un pasado feo y alguien se los quería sacar de encima.

Ian- ¿Quién?

Amanda- No estoy segura… pero cada vez que lo pienso siempre me lleva hacia el mismo lugar. Es como si todos ustedes estuviesen conectados por sus padres. No sé. Tal vez ya me estoy volviendo loca.

Ian- ¿Puedes decirme tu teoría? Estoy en ascuas con todo este asunto y cuando pienso en ello no entiendo nada. No entiendo cómo alguien nos quiere hacer esto, sé que no somos unos corderitos pero tampoco nos merecemos que una asesina nos persiga como si fuese divertido.

Amanda- No estoy de humor, perdona.

Ian- Claro.- Se levanta del sofá, aunque todavía no había tomado el té.- Me tengo que ir. Se acerca a la puerta.

Amanda- Tu madre.- Ian se da vuelta.- Ella antes de morir me dijo una cosa. No te lo dije porque tal vez no entenderías pero ahora da igual.
Ian, acercándose a ella- ¿Qué dijo?

Amanda- “Al mundo hay que partirlo en dos para saber lo que esconde. Por fuera nosotros sólo vemos corrupción pero Ian, cuando lo partas, veras la justicia.” Eso fue todo. ¿Tú lo entiendes?

Ian- Me gustaría entenderlo. ¿Por qué nunca me lo has dicho?

Amanda- Ya te dije que probablemente no lo entenderías… tampoco creía que llegaras tan lejos. Digo, viviendo con tu abuela, que hayas llegado a los veinte parece un milagro por todo lo que viviste.- Ian empieza a llorar.- Sé que todavía no has superado tu pérdida y para serte sincera, me puse muy feliz cuando te vi en el campamento Ian. Me puse feliz por ver al chico que intentó matarse por la muerte de su madre y de su amiga vivo.- Ian se tapa la cara con las manos y empieza a llorar con más intensidad.

Rose sale del departamento de Ian, luego de estar con Sid y va caminando por la calle. Escucha unos pasos atrás de ella, como si la estuviesen siguiendo. Ella acelera el paso y la persona de atrás también. 

En un momento dobla a la esquina y alguien la golpea en la cara. Se empieza a sentir mareada y cuando logra ver mejor ve a Rutka.

Rutka- Hola Rose… ¿o debo decir Jack?

Anastasia Sernotsecovas- Me costó mucho encontrarte niña.

Rose, llorando- Por favor.

Sernotsecovas- Llévala a callejón.- Rutka la agarra de las piernas y la deja en el callejón.- Es hora de que rindamos cuentas.

La anciana saca de su chaqueta una pistola y le apunta a la cara de Rose, que estaba llorando desconsoladamente. Rutka da unos pasos atrás y le da la espalda a todo el asunto mientras sale del callejón. Cuando empieza a caminar para salir de allí se detiene conmocionada al escuchar el disparo salido del arma de la anciana Sernotsecovas.


Capítulo 45  Fin